Puede ser un lunes, miércoles o un fin de semana, por la calle pasan sucesivamente personas con su carrito a cuestas, es la clara señal de que es día de tianguis. Y ahí lo ves, en alguna plazoleta, plaza, o gran avenida: Una cantidad incontable de puestos con lonas de diferentes colores, sabes entonces que has llegado a la feria del mercado itinerante. “Güera, güerita, qué le doy? Qué va a llevar? Pásele! Aquí es donde habita el espíritu prehispánico…

 

 

Decir Tianguis y Mercado, no es lo mismo. Mientras que los mercados cuentan con un establecimiento propio y abren sus puertas a diario; los tianguis son provisorios y se construyen sobre las calles un día a la semana.

 

 

Los Tianguis son los mercados ambulantes tradicionales existentes en Mesoamérica desde la época prehispánica, su forma y contexto social han ido evolucionando con el transcurrir de los siglos, pero su esencia prevalece. El origen de la palabra proviene del náhuatl “tianquiztli”, que significa mercado. Durante sus primeras décadas de existencia, las semillas de cacao (además del trueque) eran la moneda de cambio. Antes de la “colonización”, además de ser los mercados de alimentos, eran espacios públicos de reunión donde se contaban chismes y noticias, e incluso se acordaban alianzas políticas. El mercado de Tlatelolco (ciudad gemela de la gran Tenochtitlán) fue el más importante de la época precolombina, había una perfecta organización y contaba con 12 jueces que cuidaban la higiene y evitaban los abusos por parte de los comerciantes.

 

 

La herencia de los tianguis es una mezcla de las tradiciones mercantiles de los pueblos prehispánicos de Mesoamérica, incluyendo el Azteca y de los bazares del Medio Oriente llegados a América por lxs españoles. Caracterizados por ubicarse de manera periódica en calles y en días designados por usos y costumbres, en los que la comunidad local adquiere diversos productos, desde alimentos y ropa, hasta electrodomésticos y más!

 

 

De tranquilo el lugar no tiene nada, puesto que son cientos de personas ofreciendo sus productos al grito de “güerita” (la traducción más cercana seria “blanquita”) e invitando a probar desde una naranja hasta mole. Más de un vendedor cree que podrá aprovechar la ignorancia del visitante extranjero y cobrarle más de la cuenta, pero por suerte hay gente honesta que no abusa del cliente. A la vez, hay tanta diversidad de productos, que es muy fácil perderse entre tantas propuestas y terminar llevando un montón de cosas innecesarias. En muchos mercados y tianguis del interior del país, es común escuchar a vendedores y compradores hablando en diversos dialectos. Existe el mito que de hablar en su dialecto, el precio de los productos será más barato.

 

 

Hay todo tipo de puestos, desde frutas y verduras, pasando por lugares donde sentarse a comer algo autóctono (como los tacos de maíz azul) otros donde comprar plantas, hasta ropa usada! (pero en optimas condiciones) por menos de 1 dólar. No hay mejor que un tianguis para encontrar frutas y verduras frescas (además de encontrar mejores ofertas que en los grandes supermercados) Es el lugar ideal para descubrir nuevos sabores, puesto que es muy común que lxs vendedores te inviten a probar lo que venden.

 

 

Los tianguis son el lugar para encontrarse con las costumbres y el legado de una cultura de pueblos originarios que sigue latente, casi hasta de manera inconsciente. En los tianguis para mí, es donde realmente se encuentra y se vive la verdadera mística mexicana. El lugar que definitivamente hay que visitar, si se quiere aprender, cuando se visita México.

Imagen destacada: Foto de Mural «El Tianguis de Tlatelolco» de Diego Rivera.

 

Te sumas?

 

• Facebook 
• Twitter 
• Instagram 
• YouTube 
• Suscribiéndote al blog para recibir en tu casilla de e-mail las nuevas publicaciones (no olvides confirmar las suscripción en tu bandeja de entrada)

Gracias por visitarnos!